miércoles, 21 de abril de 2010

Voy a destruir el mundo

Tengo un plan malefiquérrimo. El sueño de todo malvado ha sido siempre tratar de conquistar y/o destruir el mundo. Pues bien, estaba yo cocinando el pollo cuando se me ha ocurrido esta deliciosa manera de acabar con todos vosotros. Pero no culpéis al pollo, por favor; el pollo ha recibido ya muchos palos, además de haber sido objeto de cantidad de chistes malísimos en referencia a la sustantivación femenina del mismo. Estamos de acuerdo que como ave deja mucho que desear, ya que vuela poco y mal; como animal de compañía es aburridísimo y además es objeto de mofa. Aunque si lo pensamos bien, el pingüino tiene características similares y en cambio mola muchísimo. Complicado.
Vamos al tema que nos ocupa, mi plan maquiavélico para destruir el apestoso planeta éste. La idea es sencilla: voy a China, y convenzo uno a uno a los mil trescientos millones de chinos de que salten el mismo día a la misma hora. ¿Y como los sincronizaré?, os preguntaréis. Muy sencillo, a cada uno le daré un reloj. Cuando salten, la Tierra se desplazará de su órbita, iremos a la deriva por el espacio rebotando con los planetas cual bola de pinball hasta acabar fritos en el sol.
A mi me parece una forma original de desaparecer.

2 comentarios:

  1. grande. de lo millor que he sentit mai.

    ResponderEliminar
  2. tot i que penso que la idea del felix de conquistar petits països es mes entranyable...

    ResponderEliminar