domingo, 6 de junio de 2010

China, ¿oportunidad o amenaza?

China puede considerarse una amenaza o una oportunidad, según los ojos con que se mire. Ya conocemos la facilidad de EEUU para sentirse amenazado, y el crecimiento imparable de China, que debe convertirla en una superpotencia mundial en unos años, preocupa a los norteamericanos, que quieren mantener su hegemonía al frente del planeta.

Desde mi punto de vista es un error ver a China como una amenaza, y dado que no es posible evitar lo inevitable (su transformación en una superpotencia), lo más acertado es aprovechar la receptividad que muestra China para establecer alianzas de cooperación. De hecho, en cierto modo, el PCCh está logrando algo asimilable al comunismo a nivel global (salvando las distancias): ni más ni menos que una reorganización del capital, de manera que gran parte del dinero de los países más ricos (Europa, EEUU y Japón) ha ido a parar a China, y en gran medida (aunque menos de lo deseable) a los trabajadores, de manera que varios cientos de millones han salido de la pobreza y la clase media empieza a ser una realidad. 

En lo que a energía se refiere, China se encuentra en un momento muy delicado, a mi modo de ver, y el gobierno tiene la oportunidad de tomar decisiones que podrían afectar a todo el planeta. Me permito lanzar una pregunta al aire: ¿qué pasaría si el gobierno chino decidiera prohibir la comercialización de coches de gasolina a partir de, por ejemplo, 2015? Una decisión así provocaría la aparición de de modelos eléctricos de todas las marcas, fomentando el consumo de estos vehículos en el resto del mundo también. Y si algo tiene el gobierno Chino es una cierta facilidad en la toma de decisiones, al no tener que pasar los engorros de una votación en un congreso o un senado. 
 
Por otro lado, en cuanto a la producción eléctrica, China se enfrenta a un verdadero reto: la mayor parte de su producción proviene de combustibles, básicamente carbón, lo que representa unos niveles de emisiones altísimos. Si bien el gobierno está desarrollando proyectos de energías renovables, hidroeléctricas y nucleares, la nueva producción no está sustituyendo al carbón, si no que la está complementando, ya que debido al incremento incesante de la demanda, no puede permitirse prescindir de ninguna fuente. 

Por último, cabe destacar el acercamiento de China a África, con unas intenciones más que evidentes. Parece que China ha encontrado en el continente negro una fuente relativamente poco explotada de petróleo, y no duda en aliarse con gobiernos poco democráticos como los de Nigeria o Angola, y genocidas, como el de Sudán. Se trata del conocido pragmatismo chino llevado al extremo; también se le puede llamar egoísmo o desinterés por los derechos humanos. Y lo peor de todo es que la inversión china apenas repercute positivamente en la calidad de vida de los ciudadanos africanos, ya que el capital no se reparte entre la población. De hecho gran parte de la mano de obra en los proyectos chinos en áfrica es china.

2 comentarios:

  1. Putos chinos, por cierto en relacción a lo de los coches eléctricos, si se mantuviese en nivel de producción de coches del planeta pero cambiandolo por coches electricos (es decir, que se hiciesen al año el mismo numero de coches electricos que el de coches normales) creo recordar que se acabaría el litio de todo el planeta en unos 3 o 4 años, no hay solución para el colapso energético, en cuanto se acabe el petroleo nos vamos al pozo

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  2. Va a haber que hacerse un troncomóvil

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